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Utilizar un piercing en el clítoris se ha convertido en una de las hazañas más populares hoy día, ya que muchas féminas lo ven como una oportunidad de exploración y expresión sexual. No obstante, existen algunos factores que repercuten en el bienestar de una zona tan delicada como es la vulva al llevar a cabo este tipo de procedimientos.
Por lo que, antes de decidir, es recomendable conocer los peligros que se encuentran asociados a un piercing de vagina.
5 riesgos más comunes al realizarse un piercing en la vulva
En la actualidad, el realizarse perforaciones en cualquier parte del cuerpo no conlleva mayores problemas. Sin embargo, dependiendo tanto del organismo de cada persona como del lugar al que acudan, hay factores que pueden poner en riesgo su bienestar. Con relación a esto, en breve se mencionan cuáles son los peligros más comunes asociados a las perforaciones en la zona íntima:
• Desarrollo de infecciones
Como es bien conocido, la vagina es una zona bastante delicada debido a la existencia de más de 50 tipos de microorganismos que componen su ecosistema.
Este, puede verse alterado al realizar un piercing en el clítoris debido a que se abre una herida por la cual pueden entrar al cuerpo bacterias u otros microorganismos. Además, como es una zona húmeda y cálida, se crea un ambiente idóneo para el desarrollo y proliferación de estos agentes patógenos, capaces de desarrollar una infección.
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• Cicatrización deficiente
Es importante señalar que una perforación implica una herida y, dependerá de cada organismo y cuidados propios que el proceso de cicatrización se lleve a cabo de la forma adecuada. No obstante, el prepucio del clítoris, lugar donde se suele realizar la perforación, se caracteriza por ser una piel muy fina y sensible, susceptible a formar queloides.
Estos últimos, no solamente tienden a ser dolorosos e incómodos, sino también son antiestéticos, desencadenando consigo problemas de autoestima e impidiendo en muchos casos la actividad sexual. Así mismo, una cicatrización inadecuada, aumenta el riesgo de infecciones, sangrado, inflamación y disminución de la libido.
• Reacciones alérgicas
La joyería en el mundo de las perforaciones varía no solo en colores y diseños, sino también en su material de elaboración.
Según cada persona, se puede reaccionar alérgicamente a la pieza colocada, siendo las más comunes asociadas a accesorios de níquel. Produciendo entonces ardor, comezón, secreciones, hinchazón y dolor, factores que afectan claramente a la cicatrización y aumentan el riesgo de infección.
• Desgarros y atrofia de los nervios
Otra consecuencia del piercing en el clítoris, es el posible daño en los nervios debido a una mala ejecución o al desgarro de la pieza mientras se mantienen relaciones sexuales. Esto puede traer consigo problemas de disfunción sexual, dolor crónico e inclusive pérdida de la sensibilidad.
• Contagio de enfermedades de transmisión sexual
La probabilidad de contagio de hepatitis B/C, sífilis, VIH o herpes, al hacerse un piercing en el clítoris, aumenta si no se cuenta con instrumentos nuevos y estériles. También, cuando no se acude a un profesional capacitado en el tema o cuando se mantiene algún encuentro sexual antes de que la herida cicatrice y sane por completo.
¿Cómo evitar los peligros de realizarse un piercing en el clítoris?
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- Es importante acudir siempre con profesionales de buena reputación y vasta experiencia.
- Verificar que el lugar sea higiénico, que se empleen guantes y que los implementos sean estériles y nuevos.
- Adquirir joyería de calidad, bien sea de grado médico o hipoalergénicos, como el titanio, acero inoxidable u oro de 14 quilates.
- Seguir al pie de la letra todas las indicaciones de cuidados otorgados por el profesional, asegurándose de proporcionar la limpieza adecuada y evitar al máximo las actividades sexuales durante el proceso de cicatrización.
- Acudir al médico inmediatamente ante el mínimo indicio de malestar, como sangrado, dolor o secreción.
El realizarse un piercing en el clítoris es una decisión totalmente personal, que puede traer muchos inconvenientes. Por ende, es vital tener en consideración cuáles son los factores de riesgos antes expuestos para poder proceder de una manera responsable y segura, manteniendo como prioridad el propio bienestar tanto físico como emocional.
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